Al sr. Rector, al Secretario Académico y al Cuerpo Docente de UCES:
Los delegados de UCES queremos manifestar nuestro alto grado de preocupación por la crisis institucional que atraviesa la universidad.
UCES decidió resolver sus problemas administrativos imponiendo una política de ajuste económico que afectó las condiciones laborales y académicas de la institución. Este ajuste se materializó en:
- Cierre de comisiones.
- Reducción de mesas de examen.
- Cambio en las condiciones laborales de los docentes.
- Reducción de horas de trabajo y consecuente reducción salarial.
- Prescindencia de JTP en materias esencialmente prácticas.
- Manipulación de la inscripción a materias según objetivos económicos (se habilitan “a dedo” las cátedras que continuarán; se obliga a los alumnos a cursar según la lógica de otras carreras, no siempre afines a la perspectiva profesional elegida).
- Despido sin causa de directivos que ejercían un liderazgo académico responsable y saludable y el posterior reemplazo (cuando se concreta) por trabajadores cuyo único requisito es ser funcionales a la política de ajuste mencionada.
- Imposición de un reglamento docente no consensuado y cuyo espíritu es dar marco de legalidad a cualquier conducta institucional que viole los derechos de los docentes
- Imposición y alimentación de un clima de inestabilidad laboral para los docentes y de fragilidad institucional para los alumnos.
- Negativa a toda forma de diálogo que posibilite encontrar soluciones alternativas y consensuadas.
- Resistencia a la validación formal (firma de actas acuerdo, validación ministerial) de cualquier tipo de acuerdo entre la institución y los docentes.
Este estilo de gestión que venimos denunciando desde 2011 y que no respeta la dignidad del trabajo docente ni asegura un salario estable lleva a la evitable pero previsible consecuencia de pérdida en la calidad académica.
En este análisis, es preciso agregar la preocupante situación en lo que respecta a la seguridad edilicia, encontrando desatenciones de todo tipo, desde lumínicas hasta de sistemas de evacuación de emergencia. Todo lo cual arroja a la población universitaria en su conjunto a un estado de fragilidad y exposición inquietante.
Las autoridades de la universidad persisten en ignorar los hechos mencionados y en negar la posibilidad de reestablecer una mesa de diálogo con los delegados de los docentes. Una negación que desconoce los derechos constitucionales, individuales y colectivos, así como demuestra una actitud a todas luces antidemocrática y autoritaria.
Como actores fundamentales de la vida institucional y demostrando, una vez más, nuestra irrenunciable postura tendiente al diálogo, reclamamos un cambio urgente en el modo de interacción que se explicite en un espacio de negociación y escucha de la palabra del otro, única vía para la resolución de los conflictos de cualquier institución.
Porque estamos comprometidos con nuestro trabajo, porque en verdad nos interesa un desarrollo profesional y académico que contribuya al bien general, volvemos a llamar a los directivos de UCES a una mesa de negociación y diálogo.
Esperamos que las autoridades de la institución comprendan que es por este camino que se llega a una universidad abierta, pluralista y democrática.
Delegados de UCES.
Abril de 2015.
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