Columna de opinión
Por Alberto César Onaha
Otros tiempos, la misma historia.
Otros Castellis, Monteagudos, Belgranos o Morenos.
Otros Àlzagas, Liniers, Cisneros, Lue y Riegas.
Otros pueblos, otras gentes algunos más extremistas que otros, otros promoviendo seguir como estábamos sin innovar, otros moderados que proponian cambios más lentos, pero el "cambio" flotaba. La libertad estaba en juego, la igualdad comenzaba a aparecer, la dependencia a la lejana metrópoli era cuestionada, la voluntad de regir los propios destinos y no depender de centros de poder que solo pensaban en el saqueo de la periferia en beneficio del centro comenzaba a invadir el corazón de la gente.
Y la revolución estalló y hubo campañas libertadoras, hubo simbolos patrios que trasponiendo fronteras llegaron al centro de América copiando los colores en sus banderas u oyendo un "Oid mortales" cantado por algún habitante panameño.
A 203 años estamos en una similar encrucijada, son otros los intereses, son otras las metrópolis, son otros los sátrapas que pretenden convencernos que son independientes y que lo que dicen y hacen es por nosotros, son otros los dueños de la tierra que nos hacen creer que la patria son ellos. Por suerte la mayoria la tiene clara, La Patria es el otro, el que trabaja, el que sufre, el excluido.
Las ofensas, las mentiras, las calumnias están al orden del día, pero la verdad triunfa; solo que esta vez las tácticas son más sofisticadas, el enemigo más despiadado, las palabras son más arteras, no hay debate de ideas solo la imposición a cualquier precio de intereses que no nos benefician a todos sino a unos pocos, Aunque nos quieran hacer creer que lo hacen por nosotros y que lo hacen por la "libertad de expresión", para incorporarnos al "mundo civilizado" y que la "polìtica es corrupta" que los problemas económicos se resuelven con devaluaciones o con volver al mercado de capitales inteligentes del FMI, solo basta recordar quienes proponen esta soluciones y que hicieron cuando ellos eran los que decidian.
Solo hay que recordar como,ellos que nos dan clases de ética y anticorrupción, crearon y acrecentaron sus fortunas, ni hablar de como indujeron a los militares a creerse los salvadores de la Patria para poder aplicar tranquilamente sus políticas antipopulares y contrarias al interés general.
No nos confundamos con identificar a nuestros enemigos, no es el que piensa distinto ni el que disiente con nosotros, no es el que cree que existen otros caminos políticos o económicos, nuestro enemigo es el que no discute, el que nos miente, el que no quiere confrontar ideas e impone su pensamiento por la fuerza, el que en nombre de la democracia y la ley, la bastardea no cumpliendola o chicaneando su aplicación a su conveniencia.
Discutamos, debatamos, opinemos, involucrémonos, pensemos y después actuemos, expongamos nuestras ideas y hasta seamos sanguíneos en las controversias, pero después, aún cuando no nos pongamos de acuerdo respetémonos, seamos democráticos y trabajemos por una Argentina mejor.
Estamos en un momento clave en donde el mundo civilizado que conocemos está en franca decadencia y el mundo que considerabamos de menor orden, a pesar de su vecindad y de historias y destinos comunes, hoy está creciendo y cimentando las bases de un continente que se perfila como el gran protagonista geopolítico del siglo XXI.
Feliz día de la Patria
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